El ecodiseño como herramienta clave para optimizar el reciclaje
El objetivo del ecodiseño es reducir el impacto negativo que los productos y procesos industriales tienen en el medio ambiente, a través de la aplicación de principios como la minimización del uso de materiales y de energía, la utilización de materiales reciclados o biodegradables, el uso de energías renovables y la optimización del transporte y el empaque.
En el marco del Día Internacional del Reciclaje y su vinculación con la economía circular, es relevante destacar el rol que tiene el ecodiseño en optimizar este proceso, permitiendo cerrar los ciclos y promover una circularidad efectiva de los productos y servicios que utilizamos.
En la medida que crecen nuestras economías, aumentando el PIB mundial, encontramos que la curva de crecimiento es directamente proporcional al incremento en la extracción de materias primas y al aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero. Esta relación conocida como “MASS-VALUE-CARBON”, derivada de un crecimiento económico lineal, ha significado que cada vez más nuestros ecosistemas se resientan, dando claros signos de agotamiento, ya sea por la sobreexplotación de recursos naturales, la generación de residuos o los efectos del cambio climático.
Es en este panorama que la economía circular surge como el camino necesario para poder lograr un desarrollo sostenible, que permita desacoplar esta curva, en un escenario donde el desarrollo económico se mantenga en aumento, pero que al mismo tiempo la extracción de materias primas y las emisiones de gases de efecto invernadero disminuyan. Esto se logra aplicando estrategias de circularidad que se incorporen en todo el ciclo de vida del producto, promoviendo la disminución del uso de materias primas vírgenes, priorizando el uso de materias primas secundarias provenientes de los procesos de reciclaje, lo que a su vez impactaría directamente en la huella de carbono de los productos que consumimos.
El ecodiseño se posiciona como una herramienta clave para lograr este objetivo, considerándose una metodología compleja que tiene como propósito mejorar, no sólo el desempeño ambiental de un producto, sino que también potenciar su funcionalidad.
También conocido como diseño sostenible o diseño verde, el ecodiseño es una metodología enfocada en la creación de productos, procesos y sistemas que sean respetuosos con el medio ambiente durante todo su ciclo de vida, desde la extracción de materias primas hasta su reciclaje y/o disposición final.
El objetivo del ecodiseño es reducir el impacto negativo que los productos y procesos industriales tienen en el medio ambiente, a través de la aplicación de principios como la minimización del uso de materiales y de energía, la utilización de materiales reciclados o biodegradables, el uso de energías renovables y la optimización del transporte y el empaque. Se puede aplicar tanto al ciclo productivo de productos, servicios, procedimientos, cambios organizativos o lineamientos comerciales. Representa una estrategia de negocio que incorpora la sostenibilidad en todas las operaciones, con un enfoque de cooperación con toda la cadena de valor.
Algunos de los principios o estrategias del ecodiseño son: optimizar la función del producto, seleccionar materiales de bajo impacto (renovables, no tóxicos, reciclados y reciclables), reducir el uso de material (como peso y volumen), seleccionar técnicas de producción ambientalmente eficientes, seleccionar formas de distribución ambientalmente eficientes (menos envases, más limpios, reutilizables y transporte energéticamente eficiente), reducir el impacto ambiental en la fase de utilización (menor consumo de energía y agua), optimizar la vida útil (durabilidad, mantenimiento y reparación) y optimizar el sistema de fin de vida (reutilización, renovación, remanufactura o reciclaje).
Dentro de las etapas del ecodiseño, que pueden variar dependiendo del enfoque y de la metodología adoptada, se pueden identificar generalmente las siguientes: Análisis del ciclo de vida del producto, identificación de impactos ambientales asociados a cada etapa del ciclo de vida, como la generación de residuos, emisiones atmosféricas, consumo de energía, entre otros. Una vez identificados estos impactos es necesario establecer objetivos y metas ambientales que se pretenden alcanzar en la etapa de diseño. Se establecen objetivos específicos, medibles y alcanzables para mejorar el comportamiento ambiental del producto o proceso. Luego se hace una selección de alternativas analizando estrategias de diseño para identificar cuáles son las más adecuadas para reducir los impactos ambientales identificados, sin comprometer la calidad o funcionalidad del producto. Para esto se debe realizar una evaluación multicriterio de las alternativas utilizando diferentes indicadores, incluyendo los costos, la viabilidad técnica, la sostenibilidad, los impactos ambientales, la seguridad del producto, entre otros. Luego se debe construir un prototipo, utilizando las alternativas seleccionadas, y se prueba la calidad, la funcionalidad, la seguridad y el impacto ambiental del mismo. Posterior a esto se realiza la comercialización y seguimiento para determinar si se han alcanzado los objetivos y metas ambientales establecidos. También se puede obtener información sobre cómo el producto es utilizado por los consumidores para identificar mejoras continuas en su diseño y producción.
Los beneficios de ecodiseñar no son solamente ambientales, sino que pueden ser también económicos y sociales, tanto para los fabricantes como para los consumidores. Puede estimular el desarrollo de nuevos negocios, optimizar y/o reducir el uso de recursos (materias primas, energía, agua), disminuir las sustancias perjudiciales o tóxicas dentro del ciclo de vida y promover un reciclaje óptimo al final de la vida útil intencionado la valorización de residuos como recursos.
Es así como el ecodiseño se está posicionando como una metodología necesaria para optimizar los procesos o estrategias de circularidad que deben ser aplicadas para que un producto o servicio sea sostenible, entre ellas el reciclaje, etapa clave para poder devolver los recursos o materias primas al ciclo productivo, recuperando materiales valiosos, disminuyendo disposición final de residuos en vertederos o rellenos sanitarios y permitiendo cerrar el círculo para transitar de una economía lineal a una circular.